Cual cruzado

Así, 

cual una sombra en la noche,

cual un bote a la deriva,

cual pluma que se mece al aire,

cual suspiro vano,

así.

Sólo un pedacito de algo en la nada,

siendo sólo eso,

siendo sólo algo más,

algo que no suma, algo que no pesa,

algo que no importa.

Levantar el rostro de repente, 

y sentirse así. Y saberse así.

Comprenderse así, y pese a ello,

hacerse visible,

intentar el rumbo,

afirmarse en la rama,

atronar con un grito,

así, 

como si fueras el quid del universo,

su partícula más importante,

el centro de su masa.

Así, 

aunque sólo fueras uno más 

de los cuatro mil millones de hombres 

que caminan por la tierra.

Así,

sales como cruzado que va tras la tierra prometida

y gritas y acometes 

y te desgañitas vociferando verdades milenarias

que acabas de inventar.

Así, encaras, 

con la frente orgullosa y el puño apretado

como si tu palabra fuera la primera,

como si tu canto lo inaugurara todo,

como si tu herida fuera la única que sangra.

Y desafías gigantes, y espantas muchedumbres,

mientras giras como un bote a la deriva 

y te diluyes como una sombra en la noche, 

y a nadie importa 

y ninguna crónica lo registra.